miércoles, 9 de junio de 2010

Los llanos venezolanos

Una de las hermosas regiones que posee Venezuela, está conformada por los Llanos, extensas sabanas que se pierden en el horizonte, donde la vegetación y la fauna tan variada, son de una belleza única y sobrecogedora. Sus inmensas tierras poseen una cantidad de ecosistemas que brindan la oportunidad de apreciar una diversa cantidad de paisajes y vivencias que hacen del Llano una experiencia muy gratificante para los amantes de la naturaleza.
En esta región se pueden apreciar dos grandes estaciones que establecen una marcada diferencia en la vida del llano: La lluvia y la sequía. En la primera los bosques de galería, caños y las sabanas; llenas de palmas, corozos, merecures, samanes que presentan todo su esplendor en la época donde el verdor resplandece y se logra observar al llano florecido. En la segunda, el verde se transforma en amarillo y marrón, el polvo cubre las llanura, la vida se extingue y la mayor parte de la región se concentra en unos pocos focos donde permanece el agua. Estos cambios tan radicales hacen que el llano tenga dos períodos de atracción opuestos e igualmente llamativos, donde la naturaleza cambia de forma tal que un mismo lugar presenta dos paisajes totalmente distintos de una estación a la otra.
De las faenas que se realizan en el Llano, llevar el ganado a pastar es una de las más importantes, ya que es la ganadería una parte fundamental de su economía.
Las condiciones naturales de la región determinan un cambio en la fauna silvestre, representada por una valiosa familia típica de espacios abiertos y superficies encharcadas, destacando entre los mamíferos: manatíes, toninas, chiguïres, venados, báquiros, cunaguaros, zorros, gato montés, y diferentes especies de mono. Los reptiles más abundantes son las babas, caimanes, y culebras de agua.
Todas las especies se concentran durante el verano en los escasos cuerpos de agua (lagunas y morichales) por lo cual es el mejor momento para observar el mayor número de especies reunidas en escasos y puntuales espacios dentro de las grandes extensiones de sabana seca, condición esta última, que facilita los desplazamientos por el territorio, por cuanto muchas áreas del llano se inundan durante la época de lluvias.
Sin embargo, es esta última la que ofrece una flora majestuosa y variada, que muestra todo su esplendor. Así mismo, es el mejor momento para observar muchas especies juveniles pues estas se apresuran a sincronizar el nacimiento de sus crías con el final del verano a fin de aprovechar la abundancia de alimentos que trae la lluvia para criarlos.